Se utilizan células madre autólogas (obtenidas del propio paciente) o alogénicas (de un donante) para promover la regeneración de tejidos dañados.
Las células madre son fundamentales para la biología humana, actuando como las unidades constructoras esenciales de nuestro organismo. Son las células originarias que dan lugar a todas las demás células con roles específicos. En ambientes propicios, ya sea dentro del cuerpo o en condiciones controladas de laboratorio, las células madre se multiplican, creando células progenitoras.
Estas células progenitoras pueden permanecer como células madre o transformarse en células diferenciadas, asumiendo funciones particulares como las de células del tejido sanguíneo, neuronas, miocitos cardíacos o células óseas. Son únicas en su habilidad para desarrollar distintos tipos celulares, una propiedad que ninguna otra célula en el cuerpo posee.