Es una preparación biológica que se obtiene a partir de la propia sangre del paciente y se utiliza en medicina regenerativa para estimular la curación de tejidos lesionados. Consiste en una concentración aumentada de plaquetas, que son células sanguíneas clave involucradas en la coagulación y la respuesta inmune. El proceso de obtención de PRP implica los siguientes pasos:
- Extracción de sangre: Se extrae una cantidad de sangre del paciente, a un volumen indicado por el medico.
- Centrifugación: La muestra de sangre se centrifuga a una velocidad específica para separar los componentes de la sangre. Durante este proceso, las plaquetas se separan del resto de los componentes sanguíneos, como los glóbulos rojos y los glóbulos blancos.
- Recolección del PRP: Una vez separadas, las plaquetas concentradas se recolectan en una porción del plasma, que es la parte líquida de la sangre.
El PRP resultante es una solución rica en plaquetas y factores de crecimiento que se puede inyectar en el área lesionada para promover la regeneración y la curación del tejido. Se ha utilizado en una variedad de aplicaciones médicas, incluyendo el tratamiento de lesiones deportivas, osteoartritis, tendinitis, y otras afecciones musculoesqueléticas.
El objetivo es estimular la regeneración de tejidos, reducir la inflamación y el dolor, y mejorar la función del área afectada.